Visitas Guiadas Diurnas

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El Palacio Barolo está inspirado en La Divina Comedia de Dante Alighieri, por lo tanto, durante el tour por el edificio se recorren los sectores que más semejanza tienen con el poema italiano que está segmentado en Infierno, Purgatorio y Paraíso.

Descripción de la guiada: 

Comienza la guiada en el Pasaje Barolo, en esta parte del edificio, que corresponde al “Infierno”, la guía explica el simbolismo de los diferentes ornamentos decorativos y comenzamos a adentrarnos en la fascinante y enigmática historia de este rascacielos latino.

Continúa el recorrido subiendo por ascensor hasta uno de los dos balcones del llamado “Purgatorio” donde se revela que la cúpula que se observaba desde el hall del edificio no corresponde al eje del mismo y, para demostrarlo, después se accede por ascensor al piso 13. Es así como la complejidad de la obra del Arquitecto Palanti comienza entonces a apreciarse en todo su esplendor, percibiendo la majestuosidad y simbología que le otorgó a cada uno de los espacios.

Allí, en la Terraza del piso 13, las vistas se imponen y el Faro del Barolo comienza a vislumbrarse.  

Luego, se sube un piso (a pie) para llegar a la Torre donde, tras una breve explicación sobre lo que se vivenciará a continuación, se suben seis pisos por escaleras. Esta sección del Palacio es el llamado Paraíso. Durante el ascenso, los pasillos se van estrechando paulatinamente hasta desembocar en los balcones miradores del Barolo donde las panorámicas son, según nuestros visitantes, las mejores de la ciudad de Buenos Aires.

Falta aún llegar al “empíreo” del Paraíso, lugar donde Dante imaginó que se reunían las almas bienaventuradas, y allí donde el Arquitecto Palanti proyectó un Faro.

Esta luminaria está inmersa en una cúpula de vidrio a casi cien metros de altura y, subir hasta allí, es el recuerdo más inolvidable que ofrece el Barolo. El Faro fue puesto en valor en el año 2010 y posee una potente lampara de 5000 watts.

El tour culmina desandando las escaleras que antes subimos para luego bajar en ascensores hasta la Oficina Museo. Allí nuestros visitantes pueden sentirse parte de los dorados años 20, en un momento de distensión entre sombreros y mobiliario de época.